sábado, 12 de noviembre de 2011

Como no voy a mojarme si aquí dentro nunca deja de llover...



Tengo miedo, y no sé muy bien a qué. Quizás a que se repita todo. Miedo a sucesos incómodos, violentos, tristes.

Hasta hace poco no he entendido lo mucho que ha influido en mi vida el miedo. El miedo a que los demás sufran.  Y creo que solo ahora lo he empezado a entender, cuando están empezando a repetirse las cosas, pero con otro sujeto. Otro sujeto aún más cercano, más importante para mí. Y eso me da un miedo terrible. 

Lo peor de todo es que salimos tan destrozados de los acontecimientos pasados que no sabemos si tendremos fuerzas para afrontar otro conflicto, quizás aún más horrible, por lo menos para mí.

Empiezas a ser consciente de todo ello cuando los demás empiezan a derrumbarse a tu alrededor. Ayer le tocó a ella. Y realmente me impactó. La persona más fuerte que conozco, la que siempre ha llevado el peso de todo, ha reconocido que está perdida, que no puede seguir luchando. Y yo me acojono. Si ella no puede, nadie puede. Y menos yo.

Y la impotencia y el arrepentimiento te matan. La impotencia de ser incapaz de hacer algo para solucionar las cosas, y arrepentimiento por ser responsable en parte de muchas de sus preocupaciones. 

A veces siento que quiero huir de todo. Que yo tampoco tengo fuerzas. Pero es imposible, me siento obligada a quedarme. A asumir parte del dolor que ellos sufren y a intentar ayudar, para sentirme menos culpable. Estoy totalmente atada, y a veces me destroza. Pero es lo que tengo que hacer. Ahora la entiendo más que nunca. 

Quiero volver a ser esa cría de cuatro años, que no se enteraba de nada, o que no quería enterarse. Me gustaría que todo fuera como antes. Ir al zoo los fines de semana y comprar la foto de recuerdo que te hacen al principio. Donde todos salen sonriendo. Donde todo parece genial. Pero todos sabemos que eso ya  ha pasado a mejor vida. Y en el fondo nos jode a todos, incluso a él.

Y me jode que la gente me eche en cara que estoy a mi bola, que no salgo, que estoy ausente, que estoy en otro mundo. Me jode que se quejen de mi actitud, de mi forma desganada de actuar. Pero es así, señores, estoy muy preocupada. Demasiado como para importarme estas tonterías. Y si realmente quieren mi amistad deben asumir que vivo por y para mis problemas, que cada vez son más. 

Lo tomáis o lo dejáis, compañeros. Eso ya es cosa vuestra. 

PD: Genial concierto de Carmen y Francis White, su música realmente consiguió tranquilizarme y arrancarme una sonrisa. Gracias. Aquí tenéis una nueva fan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario