martes, 25 de octubre de 2011

Imaginame en Malasaña

Más de una vez he pensado en lo que me gustaría huir del barrio. No es que no me guste, es simplemente que no es mi estilo.

Yo quiero morir entre los tubos de escape de los coches de Madrid.

Edificios, semáforos, pitidos, vendedores ambulantes, gente con prisa, coches de policía, autobuses. Qué locura.
Pero eso quiero. Vivir en un sitio en el que me sienta pequeña. En el que vea que todo a mi alrededor es demasiado grande, demasiado inmenso como para preocuparme de mis tonterías. Soy una hormiguita en esta ciudad de locos. Y eso me gusta. Me gusta la ciudad de los locos.
Imagíname en Malasaña. Avisando a Carmen de que voy a la cafetería de abajo a subirle el desayuno. Y luego pasear por Fuencarral, comer en la Gran Vía, emborracharse en Chueca y volver arrastrándote a casa, entre pitidos y luces de colores.
Pero aún me queda tiempo para poder huir.
Creo que Carmen tiene razón. ¿A quién pretendemos engañar? Nuestras vidas no son tan interesantes, ni tan dramáticas, ni somos tan profundos. Egocéntricos. Eso es lo que somos todos. O por lo menos eso soy yo. Tampoco me parece justo meter a todo el mundo en el mismo saco. Cada uno que se juzgue a sí mismo.
Por eso anoche me planteé cerrar el blog. Pero bueno…no sé, quizás necesite ser una egocéntrica, una dramática de palo de vez en cuando (o casi todos los días).
Supongo que no hay nada de malo en eso. Salvo cuando se empieza a malinterpretar. Ese es el problema. El problema de las medias tintas. En Internet, como en la vida real, nadie habla claro, nadie es del todo sincero. Porque en el fondo todos tenemos miedo a que esas identidades ocultas que nos leen nos juzguen.
O por lo menos a mi me pasa.
En fin. Vaya chorrada de entrada. Hoy no he ido a clase. Me ha dado un bajón de tensión por la mañana. En serio, por qué soy tan cacas? Bah.

 Me ha dado ultimamente por los animales. Me gustaría ir al zoo a ver a los pandas. Me gustaría que alguien me cogiera un día y me dijera: Eh! Nos vamos al Zoo!


3 comentarios:

  1. Pues podríamos ir un domingo. Yo tengo ganas de zoo, a ver si encontramos una promo que nos salga baratilla. Seguro que mucha gente se unos une.

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  2. Fui al zoo hace dos semanas y no te recomiendo ir ahora. ¿Sabes cuando te levantas tarde un jueves con el pelo sucio, llegas a clase y el profesor te fulmina con la mirada mientras se te enredan las medias con la silla y se te hace una carrera y encima el ordenador no se enciende?

    Bien, pues los animales están a punto de empezar su jueves maldito.

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